No temo a ninguna de las máquinas existentes; lo que temo es la extraordinaria rapidez con que se están convirtiendo en algo muy diferente a lo que son en la actualidad. Ninguna clase de seres en el pasado ha evolucionado tan rápido. ¿No debería ser observada celosamente esta evolución, y controlada mientras todavía podamos supervisarla? (...) ¿No es probable que haya más hombres ocupados en el cuidado de las máquinas que en el cuidado de los hombres? ¿No estamos creando nuestros sucesores en la supremacía de la tierra, aumentando diariamente la belleza y la delicadeza de su organización, dándoles mayor habilidad y cada vez más esos poderes de auto regulación y auto accionamiento que terminarán superando cualquier intelecto? Samuel Butler, Erewohn. 1872. Toda generación piensa que los desafíos que afronta son nuevos y raramente lo son. Al parecer, todo eso de lo que hablábamos en la primera parte de este artículo , cuando expusimos el reto al que nos enfrentamos con el de